Y aquí estoy yo, brotado entre las ruinas, mordiendo solo todas las tristezas, como si el llanto fuera una semilla y yo el único surco de la tierra.
PABLO NERUDA
¿Qué es la depresión infantil?
Usualmente se relaciona a la niñez con la etapa más feliz de la vida, sin preocupaciones más que las responsabilidades académicas, o de entre todos cuál es su juego o juguete favorito y es que la depresión es un panorama muy difícil de relacionar con la niñez; los problemas del estado de ánimo pueden estar presentes en cualquier etapa del desarrollo humano y la niñez no es la excepción.
Se aclara que cuando se menciona infantil, de igual forma esto está haciendo referencia a los adolescentes.
Generalmente relacionada con los adultos, la depresión a groso modo, es un estado anímico en el cual se denota tristeza, vacío, baja actividad física y cognitiva; pero en los niños también predomina, la irritabilidad, las cóleras y las explosiones de frustración; estos estados de ánimo de los niños han sido mencionada, desde hace mucho tiempo atrás.
Identificada desde hace mucho
Antonio Jover, pediatra y catedrático de pediatría en La Habana, en el año de 1893 escribió lo siguiente en relación a la depresión infantil; “triste el niño, busca los rincones y la soledad, se entrega al mutismo, pierde el apetito, enflaquece y pasa una existencia miserable»… «Hay lipemaníacos infantiles (denominación que se daba a la depresión en aquel entonces) que se hallan en un estado de estupor parecido al de un tifódico (en relación al agotamiento extremo): no se mueven, no hablan y ni siquiera piden la comida»… «Frecuentemente, la tendencia al suicidio es notable: sin ningún motivo o con fútiles pretextos el niño atenta contra su vida con una lucidez verdaderamente extraordinaria.
Xavier Meléndez en su libro, El niño que no sonríe (2002), menciona que un niño que posee depresión muestra algunas características, como falta de ánimo; también desde muy temprano experimenta deseos de no vivir su vida; sonríe, muy poco, además hay problemas de adaptación a la escuela.
Además se ven afectadas las capacidades interpersonales, su juego es mínimo, no posee amigos o muy pocos, pocas habilidades para hacer nuevos amigos, de igual forma las destrezas adecuadas para conservarlos.
Entre los problemas físicos que se pueden manifestar, son las enfermedades constantes, problemas alimenticios, dificultades con el ciclo del sueño, pueden llorar sin motivo aparente.
Factores que pueden influenciar.
Existe el supuesto idealizado, que un niño no debe de sufrir en su vida; claro, el objetivo de los padres es proteger y desarrollar a su niño de las amenazas del mundo exterior, de proporcionarle de manera ágil aquello que necesita; pero también se crea la siguiente pregunta; ¿en qué momento aprenderá a valerse por sí mismo?; cuando sea adulto puede ser una respuesta adecuada, pero ¿con qué herramientas? si se le ha protegido de todo. El mundo donde vive es el ideal, porque así lo creamos para él. sin las herramientas adecuadas, el enfrentarse al mundo le resulta hostil, su capacidad de adaptación se verá en desventaja en un ambiente en el cual no están los padres para protegerlo, y los problemas de adaptación al ambiente social, es un factor que puede influir en la depresión.
Además existen otros elementos, como la herencia genética, la psicología, el ambiente social, el ambiente familiar, alteración en los procesos cognitivos, problemas de autocontrol.
Identificación
La depresión infantil es el resultado de la interacción de factores ambientales y personales. Un niño muy vulnerable se puede derrumbar ante pequeñas contrariedades, mientras que un niño competente sólo se viene abajo ante una gran adversidad.
La incapacidad para defenderse del ambiente, los problemas familiares, los problemas del matrimonio, dificultades adaptativas, ser relegado por una condición física, reforzar constantemente los puntos negativos, las comparaciones, el ambiente hostil del hogar, la pérdida de un ser amado, son factores que influyen a que se produzca un cuadro de depresión infantil.
La Depresión infantil posee características sintomatológicas muy similares a las de la depresión en el adulto; cabe resaltar que el DSM-V, para marcar que los niños que experimentan depresión, usualmente desarrollan trastornos depresivos unipolares se añade la categoría de trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo; que se relaciona con irritabilidad crónica, grave y persistente; que es la respuesta a la frustración; aquí entran factores como la genética, la educación recibida, el temperamento del niño etc.
Se hace mención a la genética, fisiología y madurez biológica ya que los cambios se ven afectados también por el proceso de desarrollo del niño, puede que la conducta desaparezca o cambie a otra variable de un trastorno del estado del ánimo, como un cuadro depresivo en la vida adulta.
Signos, síntomas y manifestaciones
Como trastorno del ánimo que es; la depresión va acompañada de conductas y características que delimitan su área de afección. Para comenzar, se debe distinguir entre síntomas y signos (Shafii y Shafii 1995).
En el libro, Psicología del niño y el adolescente (2004); se expone que los signos son conductas objetivamente observables, así como marcadores biológicos; los síntomas son todas aquellas características tanto de carácter exteriorizado como interiorizado, e incluyen cuantas se hayan podido observar tanto de forma directa como indirecta.
Signos
En consecuencia, si hablamos de signos, se incluiría todas las conductas que son marcadas para un trastorno depresivo, como la falta de aseo personal, problemas alimenticios, poco interés por factores relacionados a la persona o ajenos a ella, quedarse en la cama todo el día, etc.
Si hablamos de marcadores biológicos se puede mencionar la teoría de Schildkraut (1965), que esto se debe a un déficit funcional de ciertos neurotransmisores, como las monoaminas.
Síntomas
Los síntomas son mucho más perceptibles, ya que son característicos de un estado alterado del ánimo, mientras que los signos pueden diluirse en otros trastornos parecidos.
En cuanto a los síntomas se pueden dividir en:
Emocionales: tristeza, pérdida de disfrute, ausencia de interés, cambios bruscos de humor, falta de sentido del humor, desesperanza, irritabilidad, lloros excesivos y ausencia de interés por las cosas.
Motores: inexpresividad, hipoactividad, letargo, enlentecimiento motor, hiperactividad, atonía, estupor, inmovilidad, torpeza e inquietud.
Cognitivos: falta de concentración, pérdida de memoria, pesimismo, desesperanza, indecisión, sentimientos de culpa, baja autoestima, ideas de suicidio, pensamientos morbosos y descenso del rendimiento.
Sociales: aislamiento, soledad, retraimiento, evitación e incompetencia social.
Conductuales: protestas, riñas, desobediencia, rabietas, indisciplina escolar, delincuencia, droga y piromanía.
Psicosomáticos: enuresis, pérdida de energía, sentimientos de fatiga, pérdida de peso, dolores múltiples, pesadillas, cambios en el sueño y el apetito, baja defensa inmunológica, dermatitis y alergias.
Manifestaciones
En el programa de atención para superar las brechas en salud mental (mhGAP) de las OMS; se hace mención que las “manifestaciones” comunes de una condición a evaluar de depresión conlleva:
Poca energía, fatiga y falta de apetito
Estado del ánimo triste, o ansioso en forma persistente, irritabilidad
Falta de interés o placer en actividades, que solían ser interesantes o placenteras
Múltiples síntomas sin una causa física definida (ej. dolores, malestares, palpitaciones, aletargamiento)
Dificultades para llevar a cabo su trabajo actual, actividades escolares, domésticas y familiares.
Si te interesa conocer acerca de los métodos de abodaje visita; visita nuestro siguiente articulo, Tecnicas de abordaje en la depresión infantil.
Conclusiones
Como podemos observar, tanto síntomas, como signos y manifestaciones según la OMS, coinciden en varios puntos, reconocer los factores puede facilitar llevar a identificar con rapidez un posible cuadro depresivo infantil.
Así la idea de un niño o adolescente deprimido puede parecer chocante, pero es una realidad, algo que ya se documentaba mucho antes de siquiera nombrarla como depresión.